Entiendo perfectamente tu punto de vista. Es cierto que el enfoque del fútbol base se ha percibido más como una actividad extraescolar y, en muchos casos, los padres tienen un papel fundamental en la decisión de cuántas sesiones son adecuadas para sus hijos. La disponibilidad de tiempo tanto para los deportistas como para las familias es clave para determinar la carga de entrenamientos. Como mencionas, con 23 sesiones en categorías base podría ser suficiente para que los niños adquieran las bases del deporte, pero también es importante tener en cuenta que, al pasar de fútbol 8 a fútbol 11, la complejidad y los aspectos tácticos aumentan, lo que justifica una posible ampliación de sesiones.
Además, el aspecto emocional y social también influye, ya que si el niño disfruta del fútbol como una actividad divertida, se sentirá motivado y no lo verá como una carga. La realidad es que la conciliación de la vida familiar y el deporte es un reto, pero con una buena planificación, es posible lograr un equilibrio que permita tanto la formación deportiva como el bienestar de los niños.
¡Un saludo y mucho ánimo con el trabajo en el club!