Hola, en mi opinión es bueno, ya que por lo general a los hijos les encanta que sus referentes les vean realizar la actividad deportiva que a ellos les gusta, pero por supuesto, siempre y cuando la conducta de los padres sea coherente con lo que debe ser el deporte infantil. Es una realidad social el hecho de que el deporte infantil, en muchas ocasiones, se convierte en una extensión del deporte de alto rendimiento (sobre todo en deportes de alto impacto social como el fútbol), donde el aspecto competitivo es el principal protagonista de los objetivos perseguidos, y ejerce una presión desmedida sobre los niños/as, que son víctimas de sus efectos. Tendemos a normalizar esto, y a olvidar que el deporte infantil debe ser un deporte educativo, donde prevalezca el ocio y el desarrollo social de los niños/as, y sea una plataforma educativa en valores éticos y morales. Esto no significa desechar la competición como una componente inseparable del deporte, pero no debemos darle la trascendencia que no debería tener en la etapa infantil… Al menos esa es mi opinión.
